Desde 1496, la Plaza de la Verdura ve comenzar la fiesta con un sobrecogedor silencio.
En Oficios Perdidos no solo documentamos oficios, sino también las tradiciones que dan forma a la identidad de nuestros pueblos. Hoy te transportamos a Valverde de Júcar, con un ritual que es historia viva: la Fiesta del Santo Niño, una épica escenificación de batallas entre Moros y Cristianos que se repite anualmente desde 1496. Esta tradición, más que un simple desfile, es un drama de tres actos que culmina en el perdón y la hermandad.
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¡Vive la inmersión total! Con tus gafas de Realidad Virtual (VR), siéntete en Valverde de Júcar. Experimenta el tenso silencio que precede a la batalla, escucha de cerca los desafíos de viva voz y el estruendo de la pólvora.
La fiesta comienza en la Plaza de la Verdura con un silencio sobrecogedor. Es el preludio del Primer Encuentro, la primera batalla por la posesión de la imagen del Santo Niño. Los contendientes, perfectamente caracterizados, se enfrentan en un combate simbólico que termina con la victoria de los cristianos. Es un momento de gran tensión, lleno de alardes, pullas y burlas a viva voz que demuestran el ingenio y el espíritu de cada bando.
La contienda se traslada a la calle de San Marcos para el Segundo Encuentro. Aquí, la suerte cambia, y son los cristianos los que son derrotados en medio del atronador estruendo de la pólvora. La narrativa de la fiesta profundiza en el Tercer Encuentro, un momento de profundo significado. Es la escenificación del arrepentimiento del general moro, que se rinde y busca el perdón del general cristiano. La escena culmina con un emotivo abrazo del perdón, demostrando que, más allá de la batalla, el respeto y la reconciliación son los valores centrales de la tradición.
Una vez terminados los encuentros y celebrada la misa, la fiesta se transforma en un acto de honor y celebración. El general cristiano se dirige a su pueblo en una tradicional arenga, palabras que refuerzan el orgullo y la identidad local. A continuación, se lleva a cabo el correr de banderas, un ritual visualmente espectacular. El acto concluye con el estruendo de salvas que resuenan por todo el pueblo, una atronadora ovación que pone fin a la primera parte de la festividad.
El día 6 de enero, Día de Reyes, la fiesta continúa con la procesión del Santo Niño que se lleva a cabo a las 12:00 horas desde la Plaza Mayor. Según la tradición, esta procesión es un acto de obligado cumplimiento por parte de las Compañías.
Por la tarde, a las 17:30 horas, llega el momento de "Los Alardes". Ambas compañías se encuentran en la Plaza Mayor para celebrar un duelo verbal de burlas y pullas. Un emisario de cada bando, portando su sable y alabarda, se enfrenta en un careo que, aunque verbal, es una provocación que anuncia la inevitable batalla del día siguiente. Estas diferencias, expresadas con ingenio, son las que, simbólicamente, conducen a la llegada a las armas en las Guerrillas.
El día 7 de enero, es el día de "Las Guerrillas". La jornada comienza a las 10:30 horas, cuando la oficialidad de cada compañía se reúne por separado en casa de su General para tomar un tradicional aguardiente con higos, un momento de camaradería y preparación para lo que viene. Más tarde, a las 15:30 horas, se celebran las "Vísperas del Niño", el acto que cierra el ciclo de la fiesta, marcando el fin de la confrontación y volviendo a la paz.
Esta tradición es un claro ejemplo de cómo la historia, la fe y el folclore se entrelazan para crear un legado que, gracias a las nuevas tecnologías, podemos seguir disfrutando y transmitiendo. En Oficios Perdidos, te invitamos a ser parte de esta historia, sintiendo el silencio, la arenga y el perdón como si estuvieras allí.
Este documental de Oficios Perdidos VR es más que un simple vídeo; es un viaje en el tiempo a una tradición ancestral. Te invitamos a ser testigo de un drama que combina historia, fe y reconciliación. No te limites a leer sobre los desafíos, el correr de banderas o el abrazo del perdón. Ponte tus gafas y vive la Fiesta del Santo Niño como si estuvieras allí, sintiendo cada emoción y cada momento de un legado que se mantiene vivo.